- Los plásticos nos facilitan la vida, nos la hacen más segura y además permiten importantes ahorros energéticos en multitud de sectores.
- Sustituir los envases plásticos por envases hechos con materiales alternativos supondría gastar el doble de energía y triplicar las emisiones.
Al contrario de lo que muchas personas piensan, impulsar la eficiencia energética para avanzar hacia una sociedad más sostenible no significa prescindir de determinados materiales o dejar totalmente de consumir energía en nuestro día a día. La eficiencia energética se basa en optimizar el consumo de energía para unas determinadas condiciones de confort y niveles de servicio. Por supuesto implica mejorar los procesos productivos y logísticos, implementar medidas para evitar las pérdidas de energía, apostar por fuentes de energía renovable en detrimento de los combustibles fósiles, y fomentar el consumo responsable y el reciclaje, entre otros aspectos.
Por ello, y con el objetivo de hacer reflexionar a la sociedad, desde hace más de 20 años, cada 5 de marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética. En este sentido, hay que recordar que la industria de los plásticos está poniendo todas sus capacidades para contribuir a la transición ecológica de nuestro país. Los materiales y productos plásticos son grandes aliados de la eficiencia energética y en la lucha contra la emergencia climática, porque está demostrado que, en muchas de sus aplicaciones, consiguen ahorros energéticos muy importantes durante todo su ciclo de vida.
En el caso de los envases, sustituir el plástico por materiales alternativos supondría gastar el doble de energía en su producción y reciclado y triplicar las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, gracias a su bajo peso y prestaciones, cualquier producto plástico siempre será más ligero y necesitará menos cantidad de material para ser igual de funcional, por lo que su impacto ambiental será menor por ejemplo durante su transporte.
Los plásticos como elemento de ahorro energético y de emisiones de CO2
No hay duda de que los plásticos son elementos indispensables en una economía circular, ya que facilitan la circularidad de los productos y mejoran la eficiencia en el uso de recursos y por lo tanto la sostenibilidad medioambiental de toda la cadena de valor. Y es que el 60% de los productos hechos con plásticos duran entre 2 y 50 años, esto hace que en ciertas aplicaciones se logren importantes ahorros energéticos, contribuyendo así a la protección del medio ambiente.
Por un lado, los plásticos favorecen el descenso de las emisiones de gases de efecto invernadero, impulsando una movilidad sostenible, permitiendo que los productos y medios de transporte sean mucho más ligeros que los fabricados con otros materiales, con el consiguiente ahorro de combustibles y de emisiones de CO2. Por ejemplo, en el sector del transporte, un coche puede ahorrar hasta 750 litros de combustible a lo largo de su vida útil gracias a los plásticos (15% aproximadamente del total de su composición) o un avión puede ahorrar hasta un 20% de combustible gracias a los componentes plásticos que aligeran su peso.
Los plásticos juegan también un papel fundamental en el ámbito de la construcción, contribuyendo a una mayor eficiencia energética, especialmente en edificios y viviendas gracias a las propiedades aislantes de ventanas y sistemas de aislamiento plásticos. Estos últimos permiten ahorrar más de 250 veces la energía que se utilizó para su fabricación. Asimismo, en el sector agrícola, se logra aumentar la eficiencia productiva, empleando menos recursos y logrando que la producción se multiplique por seis.
Del mismo modo, en el ámbito alimentario, el ecodiseño y la innovación en los envases plásticos nos permiten consumir los alimentos con la máxima seguridad, comodidad y en mejores condiciones, contribuyendo a reducir el desperdicio alimentario y conservando la calidad.
España a la cabeza de reciclaje de plástico en Europa
No hay que olvidar que, una vez llegado al final de su vida útil, los plásticos siguen siendo un recurso muy valioso pues son perfectamente reciclables, de ahí que la adecuada gestión de los residuos sea una cuestión de gran importancia para poder reintroducir estos materiales en los ciclos productivos. Así, los envases de plástico tienen grandes ventajas ambientales por su bajo peso, lo que contribuye a un transporte más eficiente, disminuyendo en un 50% el número de viajes, ahorrando combustible y como consecuencia reduciendo las emisiones de CO2.
No hay duda que en la actualidad, hablar de reciclado de plásticos es seguir avanzando hacia una economía circular. En este sentido, las cifras muestran que la cantidad de plástico reciclado de todas las aplicaciones aumenta año tras año, habiéndose superado el millón de toneladas desde 2017, cuatro veces más que en el año 2000 y siendo mayor la cantidad de plástico reciclada que la depositada en vertedero[i]. Además, España está a la cabeza de Europa en términos de reciclaje, ostentando la segunda mayor tasa de reciclaje de envases y embalajes de toda Europa[ii].
Con el objetivo de mantener esta tendencia y seguir a la cabeza de Europa, la industria española de los plásticos participa activamente en iniciativas como Circular Plastics Alliance con el objetivo de impulsar el uso de plásticos reciclados en la UE alcanzando 10 millones de toneladas en anuales a partir de 2025.
[i] Informes anuales Cicloplast/Anarpla
[ii] https://www.plasticseurope.org/es/newsroom/neuigkeiten/plasticos-situacion-en-2019
Más información sobre el sector de los plásticos en este enlace: https://esplasticos.es/wp-content/uploads/2021/02/Folleto_EstudioCaracterizacio%CC%81n-VF.pdf
Fuente: www.esplasticos.es